En un mundo donde el bienestar se ha vuelto prioridad, los suplementos naturales ocupan un lugar cada vez más visible. Pero ¿cuáles realmente valen la pena? ¿Qué dice la ciencia? ¿Y cómo distinguir entre una promesa vacía y un aliado real para la salud?
Adaptógenos: el escudo vegetal contra el estrés
Ashwagandha, rhodiola, ginseng… estos nombres resuenan fuerte en 2025. Son plantas adaptógenas, capaces de ayudar al cuerpo a lidiar con el estrés. Estudios recientes sugieren beneficios en la regulación del cortisol y la mejora del estado de ánimo, aunque los resultados dependen mucho de la dosis y la calidad del extracto.
“Los adaptógenos no son una solución mágica, pero bien utilizados pueden ser un gran complemento en momentos de alta demanda física o emocional.”
— Dra. Lucía Ferraro, médica integrativa
Suplementación personalizada: ¿moda o revolución?
Gracias al análisis genético y del microbioma, algunas marcas ofrecen fórmulas “a medida”. Aunque la idea es prometedora, aún falta evidencia sólida que demuestre su superioridad frente a suplementos convencionales.
Colágeno y belleza desde adentro
El colágeno sigue siendo estrella en el mundo del marketing. Se lo asocia con beneficios para piel, articulaciones y cabello, pero los estudios muestran resultados modestos y variables según el tipo de colágeno y su biodisponibilidad.
Hongos funcionales: reishi, cordyceps y lion’s mane
Estos hongos ganan terreno por sus posibles efectos en la inmunidad, la energía y la función cognitiva. El reishi, por ejemplo, ha sido usado en la medicina tradicional china durante siglos como tónico de longevidad y equilibrio emocional. Sin embargo, muchos estudios aún son preliminares.
Probióticos y salud intestinal
La conexión entre microbiota, sistema inmune y salud mental ha impulsado el uso de probióticos. Algunas cepas específicas tienen respaldo clínico, pero no todos los productos del mercado cumplen con estándares de calidad.
Lo que conviene saber antes de comprar
- Leer las etiquetas: buscar el panel de “Supplement Facts” y evitar productos con listas largas de aditivos innecesarios.
- Investigar al proveedor: priorizar marcas con certificaciones de calidad y transparencia en sus procesos.
- Evitar promesas milagrosas: si suena demasiado bueno para ser cierto, probablemente lo sea.
- Consultar con profesionales: especialmente si se toma medicación o hay condiciones crónicas.
Advertencias y límites
No todos los suplementos son inocuos. Algunos pueden interferir con medicamentos o causar efectos adversos. Por ejemplo, el uso excesivo de extracto de té verde o ashwagandha ha sido vinculado a posibles daños hepáticos en ciertos casos. Siempre es clave consultar con un profesional de la salud.
Perspectiva ancestral
Muchos de estos suplementos tienen raíces profundas: la ashwagandha es un pilar del Ayurveda desde hace más de 3.000 años, y el reishi es conocido como el “hongo de la inmortalidad” en la medicina oriental. Integrar esta dimensión cultural enriquece la mirada y nos conecta con saberes milenarios.