La alimentación verde es un tipo de alimentación que se basa en el consumo de alimentos de origen vegetal, preferentemente ecológicos o libres de agroquímicos, y que tiene en cuenta el impacto ambiental y social de la producción y el consumo de los mismos.
La alimentación verde se inspira en el concepto de desarrollo sostenible y sus objetivos (ODS), y busca garantizar la salud y el bienestar de las personas y del planeta, tanto en el presente como en el futuro.
La alimentación verde tiene múltiples beneficios, tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Algunos de estos beneficios son:
- Mejora la salud física y mental: una alimentación verde es equilibrada, variada, completa y satisfactoria. Aporta todos los nutrientes esenciales para el organismo, como vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y fitoquímicos. Además, reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. También favorece el estado de ánimo, la concentración y la memoria.
- Protege el medio ambiente: una alimentación verde reduce el impacto ambiental que genera la producción y el consumo de alimentos. Al consumir alimentos de origen vegetal, se ahorra agua, energía, suelo y emisiones de gases de efecto invernadero. Al consumir alimentos ecológicos o libres de agroquímicos, se evita la contaminación del suelo, el agua y el aire por pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos. Al consumir alimentos locales y de temporada, se reduce la huella ecológica asociada al transporte y al almacenamiento de los alimentos.
- Promueve la justicia social: una alimentación verde respeta los derechos humanos y animales, así como la diversidad cultural y biológica. Al consumir alimentos producidos por pequeños agricultores o cooperativas locales, se apoya la economía social y solidaria, se fomenta el comercio justo y se respeta el trabajo digno. Al consumir alimentos que no implican el sufrimiento o la muerte de animales, se defiende la vida y el bienestar animal. Al consumir alimentos que respetan las tradiciones y los saberes locales, se valora la cultura y la identidad de los pueblos.
Cómo lograr una alimentación verde
Para lograr una alimentación verde, se recomienda seguir una serie de consejos prácticos que faciliten la transición hacia este tipo de alimentación.
Algunos de estos consejos son:
- Aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal: se recomienda que al menos el 75% del plato esté compuesto por alimentos vegetales, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas y algas. Estos alimentos aportan gran cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud y tienen un menor impacto ambiental que los alimentos de origen animal.
- Reducir o eliminar el consumo de alimentos de origen animal: se recomienda limitar o evitar el consumo de carne, pescado, huevos, lácteos y sus derivados. Estos alimentos tienen un mayor impacto ambiental que los vegetales, ya que requieren más recursos naturales para su producción y generan más emisiones contaminantes. Además, pueden contener hormonas, antibióticos y residuos tóxicos que afectan a la salud. También implican el sufrimiento o la muerte de millones de animales cada año.
- Elegir alimentos ecológicos o libres de agroquímicos: se recomienda optar por alimentos que hayan sido cultivados o elaborados sin usar sustancias químicas nocivas para la salud y el medio ambiente. Estos alimentos son más seguros, más nutritivos y más sabrosos que los convencionales. También respetan los ciclos naturales del suelo y las plantas, favorecen la biodiversidad y protegen los ecosistemas.
- Preferir alimentos locales y de temporada: se recomienda consumir alimentos que provengan del entorno cercano y que se correspondan con la época del año. Estos alimentos son más frescos, más baratos y más adaptados al clima y a las necesidades del organismo. También reducen la huella ecológica asociada al transporte y al almacenamiento de los alimentos, y apoyan la economía local y el desarrollo rural.
- Evitar el desperdicio de alimentos: se recomienda planificar las compras y las comidas, aprovechar las sobras, conservar adecuadamente los alimentos y compostar los residuos orgánicos. Estas medidas evitan el desperdicio de alimentos, que supone un problema ético, económico y ambiental. Según la FAO, se desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo, lo que implica una pérdida de recursos, dinero y emisiones innecesarias.
La alimentación verde es un tipo de alimentación que se basa en el consumo de alimentos de origen vegetal, preferentemente ecológicos o libres de agroquímicos, y que tiene en cuenta el impacto ambiental y social de la producción y el consumo de los mismos. La alimentación verde tiene múltiples beneficios, tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Para lograr una alimentación verde, se recomienda seguir una serie de consejos prácticos que faciliten la transición hacia este tipo de alimentación.